Polilla Kamikaze

Hoy me estaba esperando en la cortina de la ducha una Polilla Kamikaze…
Como si hubiese estado por horas, se dirigió a mí y me atacó con entusiasmo.
Yo la miré con cierto desconcierto...
Y no sé porqué, pero me sentí identificada con ella.
Con ganas de abrazar la vida con valentía y olvidar de pronto la mínima influencia en el entorno, la pequeñez…los miles de sucesos.

Recordé un estudio en monos (pobres...) en donde concluían que el estrés por tiempos prolongados causa depresión.
Los monitos evitaban descargas eléctricas necesarias para obtener su alimento, dejándose acaecer por el hambre…

Tal vez la sumatoria de emociones fuertes, y la excesiva y apreciada sensación de estar viva, provoque el efecto de Polilla Kamikaze…
Antecedido por un rayo de luz, como un ojo del huracán, en donde uno, en no muy plenas condiciones emocionales, comprende el actuar de algunos seres que antes no comprendía…
Y se “entrega” simplemente al sentir, quedando dos opciones…
Lanzarse en un vuelo sin destino, o escribir respecto el periodo previo y seguir dilatándolo.

Presente

Hoy me vine a “hipiiar” al Mahuida.
Traje todo lo necesario: Música, libro, agua y bloqueador.
También las ganas de disfrutar la soledad, y la certeza de que somos libres y podemos construir el tipo de vida que queramos. Pensando en las situaciones y sueños que quiero alcanzar pensando en ellos, llegué a la conclusión que no espero mucho de una relación. Sólo que en días como éstos, pueda llamar a alguien y me diga “voy para allá”…Entonces, poder compartir con él estos sentimientos, y él conmigo tantos otros…que celebremos juntos el estar vivos.
El problema es que luego de eso debe ser difícil no querer repetir el ciclo eternamente…
Sí, es oficial, tengo problemas para vivir el presente, por eso no te llamo.

Lobos gemelos

Ciertamente, de un tiempo hasta ahora,
La vida se ha tornado en un ir y venir,
Entre constructos adversos.
De un lado vuela un ala de mariposa,
Delicada, frágil y al mismo tiempo estremecedora.
Al otro un cráneo semiabierto, en el que un pie lucha por introducirse...

¿Qué hay de cierto en que todo se termina?
¿Qué hay de falso en olvidarnos de eso por un momento?
¿Qué hay de frío en tenerlo siempre en cuenta?

Son como lobos gemelos, descontrolados...
Ciertas mañanas uno de ellos pareciera entenderme,
Me trae alimento, me cobija....
Al otro día es el otro, siempre dejan algo.
En días como hoy, sin embargo, los dejo correr sueltos por el bosque....
Que hagan lo que quieran.